Me dijeron con año y medio, siéntalo ya en el orinal es tiempo de empezar.

Me dijeron con dos años, quítale el chupete no le va ayudar a hablar y puede deformar su paladar.

Me dijeron con tres años, si no es sordo acabará hablando pero será cuando el quiera, todos los hacen.

 

No me dijeron que hay casos que no es así, que lo escuche con los cinco sentidos, que lo observe y respete su ritmo, que las tablas de crecimiento pueden orientar pero no representan a todos los niños y que a veces pueden hacer daño.

No me dijeron que si algo no sigue el ritmo marcado no es un fallo y me hubiera encantado escucharlo, que es una forma diferente de desarrollo que no sigue tablas, que las metas las marcan sus ritmos y que aprender a su lado nos hace perder el norte, el norte de eso que nos han vendido como “normal”

 

Me dijeron tantas cosas y no me dijeron tantas otras que ahora con la perspectiva del tiempo me repito:

“Siempre es tiempo, nunca es tarde”, para empezar, para conseguir, para alcanzar, tenemos toda la vida por delante y solo debemos compararnos con nosotros mismos.

 

*

*

*

 

Héctor dijo su primera palabra con casi 4 años a día de hoy con 8 dice muchas más pero sigue sin ser funcional su lenguaje.

El chupete era su amuleto nunca forcé que lo abandonase, de manera natural tras una fisura en la tetina lo dejó aparcado, también superaba los 3 años.

El pañal de día se lo retiramos a los casi 4 años, solo controlaba el pis. Actualmente con 8 seguimos trabajando este tema con muchos progresos.