Héctor es un niño muy contextual que centra su aprendizaje en todo aquello que es realmente de su interés, como cualquier niño pero es mucho menos flexible.

A menudo pongo ejemplos de cosas que nos han servido para que los docentes que trabajan con él sean conscientes de esa forma tan diferente de codificar y cifrar los mensajes, lo que conocemos por un ser y estar de una manera distinta al de la media estadística. Sus herramientas son muy diferentes y esto es un problema para nosotros porque con nuestra mente “neurotípica” o estándar somos incapaces de ponernos en su lugar.

Es muy difícil pretender enseñar a una mente neuro diversa desde una mente tan normativa, así que por aquí empieza la construcción del aprendizaje, por desaprender lo que nos han enseñado.

A lo largo de los años, más estos últimos cursos, algo que me funciona realmente bien es tener una libreta de comunicación a modo de diario para intercambiar información de cada mínimo detalle con la tutora o especialistas, cada noche preparo lo del día siguiente insistiendo en aquello que me preocupa, lo que quiero resaltar, o felicitarles por algún logro como equipo.

El cambio de profesorado juega en nuestra contra porque una y otra vez tengo que repetir las mismas cosas, una de ellas el tema de la contextualidad y de la falta de generalización, porque a veces me piden que trabaje en casa cosas con él, como prohibiciones en los patios, o espacios comunes, por ejemplo, que solo serán efectivas en ese contexto. Si yo no tengo la zona delimitada o la “rampa” a la que no debe subir, o el “charco” al que no debe tirar piedras es un trabajo con poco éxito efectivo. Lo que si sirven de mucho son nuestras orientaciones, nos tienen muy en cuenta somos, como padres, como un libro abierto, expertos en nuestro hijo, UNICAMENTE (claro).

Por otra parte creo que es muy necesario a nivel profesional amar lo que uno hace, una buena disposición y ser sensible a lo que el niño, en nuestro caso, necesita. Generalizar la forma de trabajo no sirve, o no sirve en todos los casos, se debe aprender de cada niño, muchas veces las herramientas son comunes pero otras veces no, ni los materiales, ni las órdenes, ni el lenguaje.

Con Héctor siempre ha sido de gran utilidad el apoyo visual, empezó por pictos y fotos y ahora ya pueden ser listas de pautas en texto, siendo concretos y directos, sin andar con rodeos. El tema de organizar con la numeración le ayuda a ordenar, a estructurar, le da tranquilidad, le permite saber lo que va a suceder en el tiempo, de ahí que los calendarios visuales hayan sido un elemento primordial en su comunicación. Muchas de estas pautas han sido marcadas por su terapeuta con la que también se mantiene una comunicación fluida y necesaria.

El trabajo con su tutora del curso pasado lo organizamos juntas, a principio de trimestre me pasaba un cuadro (sobre todo en Naturales y Sociales) con los temas y los contenidos, yo ahí ponía los cuentos, los personajes, las películas o cualquier otra referencia que le fuera de utilidad para elaborar el material con el que trabajar, muchas veces las propuestas suponía un romper con el sistema tradicional de enseñanza, de libro puro y duro, en beneficio de todo el grupo, lo que hace que ese se perciba como un valor añadido de tener a Héctor en clase.

Algunos ejemplos han sido llevar juegos preferidos de casa, cada uno el suyo, para mostrarlos entre ellos y jugar, buscar estrategias visuales del tipo “la ruleta de la fortuna” para poder trabajar los sentidos, ver películas de Disney, cortos... relacionados con los temarios (los Croods para la prehistoria, Brave para los castillos de la edad media…), trabajar medidas con tartas de chocolate, recetas caseras con videos, macedonia de frutas haciendo de la clase un lugar de disfrute conjunto.

Son muchos pequeños detalles que tengo en mi historial de buenas prácticas.

Este año hay muchas cosas que han cambiado porque cada docente es diferente, pero siempre tienen muy en cuenta que podría funcionar con él, intentado estrategias a través de ensayo error, como la vida misma y la introducción de la tecnología con mucho tino.

Una de las cosas más difíciles es el control de sus obsesiones cuando no puede ser, tema de cosas imposibles como podría ser querer YouTube cuando no hay conexión a internet, por ejemplo, en ese caso la insistencia, el cariño, el hacerlo de manera conjunta, la comunicación con la familia, con la terapeuta… querer escuchar, querer llegar a él, suelen ser de gran ayuda.

Han sucedido situaciones muy complicadas y hemos tenido que cambiar rutinas, horarios espacios de juego, moldear conductas pero se ha hecho y siempre ha sido un aprendizaje.

Con él cada cierto tiempo parece que todo va hacia atrás, es otra constante también en las conversaciones de los profesionales que trabajan con él, pero son épocas, ciclos y todo vuelve…un día malo solo sirve para aprender y tiene que amanecer un nuevo día pensado que lo mejor está por llegar.

Recuerdo con cariño que su tutora el año pasado me decía que yo, como madre, debo preocuparme “lo justo”, es decir, que deben darme la información necesaria para poder mejorar en su trabajo y no llenarme la cabeza de cosas negativas que no conducen a ningún sitio.

Otro tema es el descanso, el sueño, porque en el centro siempre duerme un rato, en casa no!, no se duerme nunca durante el día porque su actividad es frenética, pero en el centro baja las revoluciones y se aburre por momentos otros le pierden interés y claro se duerme, todavía seguimos buscando estrategias para esto, pero es cierto que su neurólogo me dijo que a veces arreglamos una cosa para desarreglar otra, así que lo mejor es adaptarnos a sus ritmos e ir moldeando con cariño su conducta en la medida de lo posible.

Estas son unas pinceladas de lo que voy recopilando en su manera de aprender, de ser, estar y participar, porque todos, absolutamente todos aprendemos a su lado y al lado de cualquier niño. Lo que si debe quedar claro es que todos los niños aprenden pero no todos de la misma forma, o como uno quiere, así que aquí un enorme reto que la vida nos ha puesto en frente.