Aquel día, como tantos otros, no sabía a dónde te dirigías cuando saliste corriendo. Siempre pienso que existe un lugar que un día encontraremos juntos y que dará sentido a todas tus fugas. Acabábamos de ver la película“Ieaan one” (como tú llamas a Peter Pan 1) y al salir por la puerta cogiste otra dirección y fuiste camino las escaleras del desván.Te seguí apresuradamente, como siempre unos pasitos por detrás y así darte libertad para sorprenderme.

Hiciste tu repaso rutinario por los objetos de siempre y continuaste dirección al ventanuco, desempolvaste una vieja silla, te subiste a ella con mucha destreza y una vez en lo alto permaneciste inmóvil un buen rato.

En ese momento hipnotizada por la belleza de tu silueta en la ventana, cogí mi cámara e hice un par de fotos, después cerré los ojos e intenté dibujar en mi mente un poquito tus sueños. Así en cuestión de segundos Peter te cogió de la mano y te llevó volando a Nunca Jamás, a la ciudad de los niños perdidos.

No se cuanto tiempo permanecí con los ojos cerrados pero al abrirlos fui testigo de la realidad. Peter Pan había estado allí. Porque al igual que Héctor, yo también creo en ti: Peter.