Buscando la conexión

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Es difícil intentar expresar con palabras lo que pretendo transmitir con estas imágenes: esos momentos de conexión y desconexión de Héctor. No quiero caer en el mito de que las personas con autismo están en su mundo, están en el nuestro. Están en él de manera diferente y especial hasta un punto a veces en el que constantemente hay que buscar estrategias para llegar a ellos de la manera que sea.

 

Un día volvía de la playa con Héctor y mientras preparaba todo para bañarlo, me acerqué a él y le pregunté: “Héctor, ¿saltaste muchas olas hoy en la playa?” Era una pregunta totalmente espontánea, tal y como se la habría hecho a su hermano Martín, supongo que en ese momento no era consciente de la realidad porque quizá uno nunca llega a acostumbrase del todo a ciertas cosas. Héctor ni se inmutó, siguió su camino en busca de su elefante y no hizo ni el intento de mirarme.

 

Lo recuerdo con detalle porque sentí un vacío muy difícil de describir, Héctor no era capaz de entender lo que yo le estaba preguntando, además también fui consciente de que aparte de sus intereses no había ningún tipo de conexión conmigo y que estando juntos en la misma habitación... estábamos muy lejos.

 

Al día siguiente y tras una mala noche cogí mi cámara e intenté capturar todos esos momentos tan suyos para posteriormente poder analizarlos con calma. Justo cuando estaba con la cámara en las manos Héctor se acercó a mi y quiso posar, sonrió y con su mirada me pidió más fotos y yo no pude contener la emoción.

 

Empecé a notar que a través de la fotografía conectábamos de una manera especial, Héctor parecía entender que a mi me gustaba y disfrutábamos juntos después repasando las fotos. Así conseguíamos la atención compartida de la que nos hablaba Esther en las sesiones de terapia, por eso la fotografía se convirtió en un medio de comunicación entre los dos.